Organizaciones ambientalistas dijeron que en El Salvador la minería metálica es “inviable”, pues consideran que esto agravaría la crisis hídrica que ya atraviesa el país.
La Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica, que agrupa a diversas organizaciones, dio este lunes su postura en respuesta al mensaje del presidente Nayib Bukele el domingo, en la inauguración del periférico Gerardo Barrios, en San Miguel, donde insistió en la reversión de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica y le pidieron que no ceda a presiones de las empresas que se dedican a este rubro.
“Las diferentes articulaciones y alianzas del movimiento social exigimos al presidente Nayib Bukele a no ceder a las presiones e intereses de las empresas mineras que buscan explotar oro, no para beneficio de los sectores empobrecidos de El Salvador, sino para proteger los intereses de los países ricos. El oro se lo llevan las empresas mineras y el pueblo asume los daños por la contaminación del agua, el aire, el suelo, la biodiversidad y la salud”, expresó Vidalina Morales, presidenta de la Asociación de Desarrollo Económico Social de Santa Marta (ADES).
La organizaciones advirtieron que en El Salvador aún persisten 15 minas en abandono en la zona oriental del país y que de estas, siete amenazan con generar drenaje ácido capaz de contaminar la cuenca hidrográfica del río Goascorán y el río Grande, en San Miguel.
Además, aseguraron que el proceso de minería es una actividad extractiva a gran escala que requiere de grandes espacios territoriales y afectaría áreas densamente pobladas en El Salvador. “Esto tomando en cuenta que, según el Censo de Población y Vivienda 2024, el país posee una densidad poblacional de 286,6 personas por kilómetro cuadrado”, advirtieron.
“Le está ofreciendo nuestro país a las transnacionales para que vengan e inviertan y lo que tenga que pasar de ahí en adelante que se la arreglen las comunidades. Seguramente lo que nos espera es una muerte lenta, pero segura”, dijo Morales.
Los ambientalistas también hicieron hincapié en el dato de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que pone a El Salvador como el segundo país más deteriorado en su medio ambiente y más deforestado del continente después de Haití.
“El Salvador es el país de la región al borde del estrés hídrico (menos de 1,700 metros cúbicos por persona al año). Implementar la minería metálica en el país sería el toque de gracia para nuestro medio ambiente. La minería compite con los seres humanos porque necesita enormes cantidades de agua que El Salvador no tiene”, reza parte del comunicado que las organizaciones compartieron.
Nayib Bukele dijo el pasado domingo 1 de diciembre que es imposible que cualquier actividad económica, incluida la minería metálica, tenga “impacto cero” en el medio ambiente, aunque destacó la posibilidad de minimizarlo a través de técnicas modernas y responsables.
El mandatario indicó que en solo el 4 % de las áreas con potencial minero en El Salvador se han identificado 50 millones de onzas de oro, valoradas en $131,565 millones, representando casi el 400 % del PIB del país.
Bukele sostuvo que la explotación responsable de estos recursos podría transformar la economía nacional, generando empleos de calidad y financiamiento para proyectos de infraestructura. Según el mandatario, este enfoque busca equilibrar el desarrollo económico y el cuidado ambiental. Asimismo, reafirmó su posición de que es un “absurdo” que El Salvador sea el único país con una prohibición total de la minería metálica desde 2017.
Sin embargo, los ambientalistas insistieron este lunes que se respete el derecho humano al agua.
“Señor presidente, reiteramos el llamado a mantener la prohibición de la minería metálica para proteger la poca biodiversidad que posee el país, a evitar la contaminación del Río Lempa, que constituye la principal fuente de agua para millones de familias salvadoreñas y así garantizar el derecho humano al agua y a un medio ambiente sano”, señalaron las organizaciones.
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