Este jueves 14 de diciembre, la ciudad de Chester, en el noroccidente de Inglaterra, se llenó de las mismas imágenes, sonidos y olores que marcaron las fiestas Saturnales desde las épocas del Imperio Romano.
Diciembre trae todo tipo de festividades y celebraciones por el mundo, como la Navidad y Hanukkah que son algunas de las más conocidas. Pero hay uno rito pagano que tiene más de 2000 años y se sigue celebrando en una ciudad de Inglaterra.
Se trata de las Saturnales, originadas en la antigua Roma y que se festejan hasta la actualidad en Chester, una ciudad que conmemora así el fuerte vínculo que tiene Gran Bretaña con su pasado romano.
El jueves pasado, como todos los años, las calles de Chester se llenaron de las mismas imágenes, sonidos y olores que han marcado las fiestas Saturnales en esa ciudad desde los tiempos en que era una urbe romana llamada Deva Victrix.
El festival que honra a Saturno, el dios romano de la agricultura y la cosecha, era una de las celebraciones más populares del antiguo imperio.
Originalmente era un evento que solo se celebraba el 17 de diciembre, pero su popularidad hizo que lo extendieran hasta el 23 de diciembre.
Aunque los romanos se adherían a estrictas reglas sociales y cada quien tenía su lugar en la sociedad, durante las Saturnales se olvidaban de esas reglas y hasta los esclavos podían participar y pasar un buen rato.
Involucraba intercambio de regalos, además de comida y bebida en exceso; tradiciones que continuaron cuando la fiesta fue reemplazada por la Navidad después de la caída del Imperio Romano.
Sin embargo, en Chester, otrora importante localidad de la antigua provincia romana de Britania, muchas de las tradiciones han sobrevivido en tiempos modernos.
Chester, en el noroccidente de Inglaterra, cerca de Liverpool, fue fundada en el año 79 A. D. inicialmente como un fuerte militar romano en el régimen del emperador Vespasiano.
Luego se convirtió en un importante centro civil llamado Deva Victrix y sus antiguas murallas son algunas de las mejores preservadas en el país.
“Chester es bien conocida por su legado romano y los lugareños están muy orgullosos de ello”, dijo a la BBC Cellan Harston, gerente de una empresa de tours romanos y que ayuda a organizar el desfile de las Saturnales en la ciudad.
“Es importante reflejar la historia de Chester”, añadió.
Pero el mantener viva esa tradición romana tiene que ver mucho más que con la historia, señala.
Las Saturnales “son una oportunidad de lanzar el caos por el mundo”, comentó Harston, y la procesión moderna que se realiza en la ciudad, es un “espectáculo que representa ese caos”.
Lisa Denson, concejal local, dijo que la procesión, que pasa por el antiguo anfiteatro romano de la ciudad, es una ceremonia oficial que incluye el encendido de antorchas y la distribución de “regalos de luces”.
Es una manera de recordar el pasado de Chester y mirar hacia su futuro, expresó.
“Chester es una ciudad romana y las Saturnales le ofrecen la oportunidad de combinar las celebraciones modernas de la Navidad con un reconocimiento de nuestra historia romana”, dijo Denson.
“Los soldados romanos que marchan por el centro de la ciudad siempre atraen a las muchedumbres, que se deleitan cuando los soldados encienten sus antorchas y comparten la luz regalando varitas fluorescentes”.
Los soldados de la época probablemente celebraban el hecho de que el festival les significaría gozar de un par de días libres, señaló Caroline Pudney, profesora de Arqueología de la Universidad de Chester.
“El festival también involucraba la decoración de las casas con follaje verde, como guirnaldas y ramas, y la iluminación de las velas y las Saturnales concluían con las Sigilarias, cuando se entregaban regalos, más o menos parecido al día de Navidad”, dijo la doctora Pudney.
También indicó que las celebraciones modernas de las Saturnales no son exactamente como las romanas, pues Chester “combina el festival romano con las vibrantes tradiciones de los desfiles y procesiones medievales de la ciudad”.
No obstante, hay un momento que vincula el desfile intrínsecamente con Roma, cuando un actor inicia las actividades con un discurso del emperador Domiciano, que gobernó en las épocas de Deva Victrix.
“Que nadie se equivoque, los romanos todavía seguimos aquí, en algunos momentos del año nos verán marchando otra vez por nuestro fuerte”, dice a la muchedumbre congregada.
“Recuerden quién y qué soy.
“Soy la espada de canta en la oscuridad. Soy el sonido de una legión que marcha a la guerra.
“Soy el hacha que se hunde en tu cráneo. Soy acusador, juez y verdugo.
“Soy emperador. Soy un dios viviente. Soy César. Soy Roma”.
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