Sara Brown pudo reencontrarse con su madre biológica, Ana Ruth Erazo, después de 40 años de ser separadas durante el conflicto armado vivido en El Salvador en los años ochenta. Una investigación iniciada en 2008 por la Asociación Probúsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos hizo posible que pudieran abrazarse y compartir experiencias. 

En El Salvador Sara fue asentada el 15 de febrero de 1982 con el nombre de Claudia Cecilia Erazo, pero luego fue dada en adopción y llevada al Estado de Maine en Estados Unidos, obteniendo un certificado de nacimiento con el nombre de Sara Elizabeth Brown y con fecha del 29 de octubre de 1989. 

De acuerdo a las declaraciones brindadas por Ana Julia Escalante, directora de la Asociación Pro Búsqueda, Sara en ese momento tenía unos meses de edad y fue dada en adopción por medio de engaños hacia su madre. 

“Ella (Ana Ruth) se vio en una situación muy complicada, sin trabajo, y lastimosamente siempre aparecen personas que manipulaban a las familias. En estos casos descubiertos hemos visto que existía una red  que buscaba a estas familias en situación de vulnerabilidad, con el apoyo de personas allegadas, y así estos niños eran captados y dados en adopción, muchas veces sin el consentimiento de las familias”, explicó Escalante. 

Hasta el año 2023 Probúsqueda contaba con 1,046 casos, de los cuáles 596 ya están resueltos. Solo en 2024 se realizaron tres reencuentros presenciales y de manera virtual hay otros tres.

Según cálculos de la organización, cada año ingresan aproximadamente 30 casos de niñas y niños desaparecidos. 

“Todavía nos falta localizar algunos y más casos se nos han unido con estas personas adoptadas en el extranjero, con los cuáles hemos constatado cada vez más que la situación del conflicto armado propició que miembros del Estado o personas particulares se involucraran muchas veces en el tráfico de niños”, indicó Escalante.  

Ana Ruth Erazo migró de Aguilares hacia San Salvador buscando un lugar más seguro, cuando un familiar propició la separación. Ella ni siquiera supo cuando se llevaron a la niña del hospital y mucho menos sabía que había sido dada en adopción.

Ahora, esta madre tiene otras dos hijas, una de ellas la acompañó al reencuentro, pero la otra no pudo por motivos de trabajo.  

Sara se independizó y está viviendo en Nueva York y se desempeña como profesora de preescolar. Aún no tiene hijos. Por ser llevada muy pequeña a Estados Unidos no aprendió español y solo sabe inglés, una intérprete le sirvió para comunicarse con su madre y hermana. 

“Siento que estoy en casa. Cuando abracé a mi mamá sentí un descanso y todos estos años de espera y ansiedad se fueron”, dijo emocionada Sara.

Contó que su búsqueda inició hace 20 años porque quería saber sobre sus orígenes, su cultura, su lengua y está ansiosa por visitar el lugar donde creció. 

Sara dio un mensaje para las personas que están en la misma situación que ella, alentándolas a tener “esperanza” y que se acerquen a personas que han pasado por la misma situación.

Margarita Zamora, una de las investigadoras en el caso de Sara, habló de algunas dificultades encontrada durante el proceso, entre ellas la dificultad de llegar al lugar donde vivía Ana Ruth, el cuál era peligroso en ese tiempo.

Luego de la entrevista procedió la prueba de ADN y finalmente, el año pasado, se comprobó el parentesco y se gestionó el reencuentro. 

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